Porque en Seducción Práctica nunca nos olvidamos de la gente que está empezando, quería compartir con vosotros este vídeo, donde desde el ejemplo, intento que quede un poco más claro uno de los errores más comunes entre los sargeadores primerizos, y los que no lo son tanto.
Muchas veces, una interacción acaba siendo un fracaso porque nos enrollamos demasiado con nuestro abridor, empezamos a dar vueltas alrededor suyo sin una dirección clara… lo que conlleva que irremediablemente la chica se empiece a preguntar por qué seguimos hablando con ella si en realidad ya no tenemos un porqué lo suficientemente justificado.
Vamos a ver a lo que recurro antes de llegar a ese punto en esta interacción…
Como podemos apreciar en el vídeo, y a pesar de que el lenguaje no verbal de la chica nos indica que parece interesada, no me lo pone demasiado fácil, ya que no invierte lo suficiente en el abridor que he utilizado… una vez que doy un poco de congruencia al mismo, en vez seguir mareando algo con lo que parece que no se va a seguir sintiendo a gusto… lo que hago es fijarme en algo genuino de la chica en concreto, y personalizo con ella para que la interacción tome un camino totalmente distinto al inicial.
Yo personalmente es lo que recomiendo, ya que de utilizar un segundo hilo conversacional que siga siendo impersonal… corres el riesgo de que la conversación se estanque de la misma forma que si hubieses seguido con el tema del abridor.
En próximos artículos, explicaré este tema de una forma más detallada y pondré ejemplos tanto situacionales como recursivos… además, subiré este sargeo al completo, para que podáis apreciar la dinámica que va tomando la interacción a partir de ese momento.
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